jueves, 6 de diciembre de 2007

Película Favorita Nº 1: "American Beauty"

Es difícil decidirse a ir a ver una película por lo que dice su crítica.

He escuchado comentarios excelentes de películas que no eran más que un producto fotográfico de alta calidad. Con falta de ritmo, historia para contar, saberla contar, etc. La palabra "Cine Arte" da para mucho. Da para filmes realmente inolvidables y para otros que deberían estar colgados de una pared.

Se me hizo difícil decidirme a ver esta película, ya que su comentario era poco motivador, algo así como: "trata de una familia norteamericana disfuncional". Lo que más sonaba a "Married With Childrens"; pero si a eso había que agregarle que era un drama, me pintaba un panorama de película de Hallmark.

Me decidí, porque no había mucho dónde escoger. Y al menos era la única película que aparecía con una buena cantidad de estrellas.

Fui con incredulidad y seguí viéndola de la misma foma.

Nunca llegué a empatizar con las actuaciones de Kevin Spacey, ni Anette Bening, ni del resto del elenco.

A pesar de lo anterior la película tiene peso por sí misma. Es una historia que merecía ser contada. No era un álbum del fallido estilo de vida norteamericano.

Su mensaje es subersivo, aunque no sea completamente original; pero tiene ciertas características que lo hacen novedoso. Aquí no se trata de enfrentar al poder, de echarlo abajo o de la alternativa política; sino de pasar de el.

Su propuesta es "elige el trabajo de menos responsabilidad posible", para que te permita cubrir tus necesidades con holgura y no aspires a más que al disfrute de lo cotidiano.

Es demasiado seductor...

La escena donde Spacey chantajea a su jefe (que le estaba despidiendo) y logra salir con una indemnización considerable; me la repetí tantas veces "con envidia", con esperanza de que eso me llegara a suceder a mí. De alguna forma así fue, mi jefe me despidió y me pagó el finiquito de todos mis años de trabajo. Ese despido fue mi caída y comenzó una cadena de sucesos tristes. Ahora puedo decir que aún así fue lo mejor.

Les pido me disculpen mis ires y venires, así funciona mi mente, haciendo una relación tras otra.

Volviendo a American Beauty...

A pesar del poco enganche que logré con la caracterización de Kevin Spacey, no puedo dejar de respetar al personaje: es tan común. No es el héroe romántico y profundo. Es casi básico. Sin embargo no se puede abandonar el cine sin haber quedado encantada con su naturalidad, su especie de inocencia, su actitud tan cercana, su capacidad de asombro, con su sabiduría. Es como ese personaje con quien nos topamos alguna vez en la vida, que tiene una sabiduría tan cotidiana que reluce como si fuera una joya.

El Oscar a la fotografía es completamente merecido. Todo nació del requerimiento del director Sam Mendes a su director de fotografía. Le solicitó que creara una imagen para representar la sensación del personaje de Spacey cuando se imaginaba a la compañera de su hija en actitudes provocativas hacia él. El director de fotografía fallecido a los 76 años, en el 2003 Conrad L. Hall, anciano ya desconcertado le dijo a Mendes que cómo iba a cumplir con lo que le solicitaba. A lo que Mendes le contestó que si acaso nunca se había sentido atraído por alguna compañera de sus hijos. El resultado fue increíble, esta atmósfera llena de rosas que si bien pueden tener un corte provocativo, a la vez le da un brillo casi sagrado a la protagonista, así como también profundamente romántico.

A esta película los críticos le han dado en llamar comedia negra, sátira del estilo de vida norteamericano. Concepto en que coincido por los tipos humanos que registra la película; como dicen por ahí: el fracasado, la arribista, el tímido, el facista, etc. Aún así estos ingredientes por sí solos no bastan para sostener una trama. Este era el tipo de comentarios que me hacían evadir el hecho de ir al cine a verla.

Es una película completa. Representa el dogma que una película debe comenzar, mantenerse y terminar con excelencia. Así es; una se retira del cine sintiendo lo que decía Tom Hanks, en su entrevista del Actor's Studio. Que ir al cine, era una unión única y colectiva, donde la persona sentía haber sido parte de una experiencia trascendente.

La secuencia final es amarga, pero se percibe la gentileza de su mensaje: que a veces hay tanta belleza en el mundo, que el corazón se hincha como si fuera a explotar y parece que no pudieras resistirlo... Esta película es el ejemplo.